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Historia del lugar
Oradour-sur-Glane es una localidad abandonada situada en la región francesa de Lemosin. El aspecto de toda esta antigua villa conserva el aspecto de un típico pueblo francés de los años 40, sin prácticamente ninguna modificación desde entonces. Incluyendo automóviles, libros, cuberterías o cualquier otro elemento habitual de la época. Lo que lo convierte en un documento histórico de primera mano sobre la vida cotidiana en el tiempo de la segunda guerra mundial.
El abandono de la localidad así como su conservación son consecuencia de la matanza ejecutada por tropas de las SS alemanas, que exterminaron a la casi totalidad de la población como represalia por acciones de las guerrillas de resistencia.
La acción se produjo el 10 de junio de 1944, durante el transcurso de la batalla de Normandía. Aquel día fueron asesinadas 642 personas, contabilizándose 190 hombres fusilados, 245 mujeres y 207 niños ametrallados y quemados en la iglesia, así como el pillaje e incendio de casi todas las infraestructuras de la ciudad.
El coche del doctor Desourteaux
Al final de la guerra, las ruinas de la población fueron mantenidas en su estado por orden del gobierno francés de Charles de Gaulle, como recuerdo de este crimen y símbolo de los sufrimientos causados por la ocupación nazi.
Sin embargo, el llamado Proceso de Oradour-sur-Glane, celebrado por el Tribunal Militar de Burdeos en enero de 1953, generó una profunda división en la sociedad francesa al no poder ajusticiarse a los principales oficiales responsables de la unidad de las SS, así como por la presencia de numerosos soldados alsacianos entre las tropas alemanas responsables del crimen.
El relato de los detalles de la matanza ha podido reconstruirse en base al testimonio de los escasos civiles supervivientes, testigos directos de los hechos en diferentes puntos de la villa, difundido desde entonces por numerosos medios de comunicación internacionales.
Hacia las 14:15 h , coincidiendo con el final del almuerzo, una columna compuesta de una decena de vehículos, 3 camiones y 2 blindados semioruga remontó la vía de entrada a Oradour desde la carretera de Limoges y parte de los 150 soldados comandados por Dickmann, vestidos con ropas de camuflaje, inició su despliegue por el núcleo urbano mientras los dos blindados tomaban posición enfrente de la iglesia.
Los militares buscaron al «tambour de ville», Jean Depierrefiche, que también era el herrero, para que recorriese las calles convocando a todas personas a presentarse en la plaza del mercado para inspección de sus documentos de identificación. Mientras tanto, otros soldados fueron en busca de los vecinos que se encontraban en sus viviendas o puestos de trabajo, forzando a algunos con brutalidad y brusquedad21 a dirigirse al punto de agrupamiento sin más miramientos. Así pudo verse a personas enfermas sacadas de sus camas en pijama, o al panadero, Marcelin Thomas, llevado todavía cubierto de harina y en cuya casa fue instalado un puesto de mando desde donde se dirigió la maniobra de reagrupamiento ejecutada con disciplina y método.
Al cabo de unos 20 minutos y con la plaza llena de gente, de la cual, un tercio eran niños, el comandante se dirigió mediante el intérprete al alcalde de Oradour. Acusando al pueblo de servir de depósito de armas para la guerrilla, Dickmann le ordenó seleccionar a 30 rehenes. El alcalde respondió rechazando la acusación pues la realidad era que no existían esas armas, pero se puso él mismo a disposición del oficial. Los SS procedieron entonces a separar a los hombres de las mujeres y niños, para llevarlos en grupo hacia las afueras del pueblo, mientras que estos últimos eran retenidos y conducidos hacia el interior de la iglesia. La maniobra no había terminado cuando una granada de humo explotó en la iglesia, desencadenando la reacción de pánico en las mujeres y niños a la que sin embargo, los SS respondieron acribillándolos con los fusiles ametralladoras, pereciendo todos menos madame Rouffanche que pudo escapar por una ventana.
Iglesia de la localidad donde se ejecutó a mujeres y niños
La explosión sirvió también como señal acordada para que los soldados apostados con ametralladoras pesadas en las afueras iniciaran el fusilamiento de los varones agrupados, a término del cual, los soldados caminaron entre los cuerpos tendidos para, inspeccionádolos pistola en mano, disparar sobre los que todavía agonizaban. Después, durante varios días se fueron agruparon los cadáveres y tras cubrirlos con cal viva, se les prendió fuego mientras que de manera sistemática, se procedió al incendio de cada uno de los edificios del pueblo, hasta la partida definitiva de la unidad hacia el frente de Normandía el 13 de junio.
Entre las víctimas se encontraban dieciocho exiliados republicanos españoles de tres familias con niños de corta edad.
Apenas una semana después, la edición de la revista Time se hizo eco de la matanza y publicó un relato de la misma, identificando al regimiento responsable y formulando la hipótesis de la posible confusión de Oradour-sur-Glane con Oradour-sur-Vayres, a unos 30 km al sudeste, donde sí se apuntaba a la existencia de un depósito de armas maquis.
Fuentes
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